Mi vida en el agua empezó al aceptar una invitación de profesor nos invitó a practicar este deporte en lugar de marchar por el servicio militar y así fue como empecé a vivir en el agua, esto a mis 18 años de edad.
Ese profesor es el profe Nelson Vargas, quien me dio clases de natación y gracias a él entré a la escuela de Educación Física, lo que hoy sé y lo que puedo enseñar a todos mis alumnos, se lo debo a él. Ese gran líder es tan extraordinario que me ha ayudado tanto que hasta viví con él en su casa y juntos, en aquella época cuando cada uno empezaba su camino en las albercas nos unimos y nos íbamos a las 5.00 am a dar clases en el seguro social.
Tiempo después, con la suma de experiencia y la adquisición de conocimientos nos incluyeron en otros programas y nos empezaron a llevar a cursos para dar clases, gracias a eso nos fuimos capacitando mis compañeros y yo. Tuvimos la extraordinaria oportunidad de ir a clínicas a los Estados Unidos, donde aprendimos mucho sobre las técnicas y las innovaciones en la natación, esos espacios tan enriquecedores fueron donde comencé a apasionarme por este deporte.
Durante 15 años ejercí dando clases de natación para bebés y niños pequeños, en esta población solo se incluían menores de seis años. Yo les enseñaba y después organizaba con mis compañeros sus grupos de trabajo para que siguieran avanzando en su preparación.
Cuando cambié del horario vespertino al matutino empecé a dar clases para adultos. Allí comencé a formar grupos, que fueron tan exitosos que cada día crecían más y más. Por la cantidad de gente que logré tener en el proceso de enseñanza, se consideraron otros espacios para estimularlos y es por esto que se hacían hasta siete eventos al año en el Seguro Social, espacio donde inicié con varias dinámicas y propuestas de competencias para que pudieran experimentar en estos espacios y convivir al final de los eventos.
Lo anterior, nos dio grandes resultados en aquella época, donde llegamos a tener hasta 1000 nadadores masters una gran cifra para el número que habitantes con los que se contaba en aquellas décadas en la ciudad y donde, no había los espacios de difusión con los que hoy se cuentan.
En la medida que se crece, los retos se multiplican, por lo que tuvimos que buscar otras formas para impactar de la mejor manera a nuestros alumnos, por lo que empecé a realizar competencias de masters, en: Guadalajara, Vista Hermosa, Zamora y otros estados.
Para tal logística tuve que trabajar más y convencer a varios profesores para que se les permitiera nadar a los adultos. En ese entonces, los años 80, no se les dejaba practicar este deporte con tanta libertad a las categorías master, ya que se les daba prioridad a las clases de niños y la formación para el alto rendimiento.
La razón de la falta de masificación y competencia en esas edades, se debía principalmente a que se creía que en esos momentos del desarrollo humano ya no podía aprender a nadar y mucho menos competir.
Sin embargo, con lo que había aprendido junto al Profesor Vargas y otros espacios académicos, sumada a mi experiencia, siempre consideré que era importante seguir masificando este deporte en todas las edades, por lo que constantemente le decía a todo el que me rodeaba:
“… Los adultos son un ejemplo, los padres de familia son los que traen a los niños a nadar, y ellos se convierten en una motivación para sus hijos y para el resto de la sociedad, cuando se consolidan en nadadores master…”
Todo lo que ya les he contado, es sólo la suma de vivencias que me han permitido aportarle a mi país. Así es como inició la natación master en México, yo comenzaba mi día a día a las 5.00 am y terminaba a las 2.00 pm.
En esa época tenía las dos albercas llenas, una de 50 metros que me permitía proyectar aún mejor a mis deportistas y a ellos le sumaba sus compañeros que se formaban en la fosa. En esos momentos, debo destacar nos dieron muchas facilidades en el Seguro Social para que todos pudieran nadar.
Gracias a esa iniciativa tuvimos grandes nadadores y profesores a lo largo de estos años, entre los que se destacan: Ricardo Dinisia, Armando y Enrique Manríquez, Jaime Espinosa, Pedro Reyes.
Debo confesarles que cada día que pasa me enamoro más de este deporte y hoy, estoy muy contento de esta oportunidad, donde me permiten contar mi historia de vida, y quiero compartirles: “… A mí me da mucho gusto ver a todos los masters en esto, lo que yo siempre decía, que todos puedan nadar y están construyendo salud. El agua y la natación son vida…”
Adicionando, que: “… La natación master es fundamental para mantener a las familias en el deporte, porque nunca es tarde para aprender de esta disciplina. Yo les recomiendo a todos que hagan deporte, hay muchos nadadores que después de haber sido atletas juveniles o de primera fuerza, terminaron cansados de por las grandes cargas de trabajo, pero mi consejo es para los jóvenes y adultos que intenten hacer deporte cada tercer día por lo menos para estar sanos y sentirse bien con uno mismo…”
La natación master no solo es ganar medallas y competir, es la convivencia con los compañeros y disfrutar juntos la pasión por el mismo deporte. Tenga en cuenta que en el Mundial de Canadá llevamos 100 nadadores y lo considero como uno de los logros más importantes en mi carrera como entrenador.
A mis nadadores masters de Lindavista, quiero aprovechar este especio y decirles estas palabras:
“… Sigan con ese gusto de nadar y de seguir adelante, por el gusto de formar parte del equipo y seguir bajando sus tiempos y cumpliendo retos día con día…”
Gracias a este deporte, Dios me ha dado a manos llenas, gracias a este deporte conseguí un trabajo de por vida, amigos por más de 50 años, viajé por todo el mundo y he sido testigo de la formación de grandes nadadores y entrenadores a lo largo de tantos años.
“… Maestro de natación que salió del Seguro Social de la unidad Morelos, después de jubilarse en esa institución aún cuando quería seguir trabajando, las autoridades de esa entidad no se lo permitieron.
Conociendo su profesionalismo y, sobre todo, su calidad humana, sin duda alguna le ofrecí trabajo en mi empresa en la sucursal de Lindavista, haciéndose cargo del área de masters, ha sido todo un punto a favor contar con su profesionalismo, conozco de su amor por la natación, conozco de primera mano su formación y sobre todo, conozco esa pasión que nos unió en el camino.
José Zambrano tiene una trayectoria preciosa, lo admiro muchísimo, recuerdo cuando controlaba más de 30 bebés en la unidad Morelos, con total éxito y esto simultáneamente, con un par de ayudantes, no he visto en mi vida una clase igual.
Pepito – tiene un carisma especial, que lo llevan a conseguir los mejores resultados con sus alumnos. Debo decirles que no he conocido así a nadie en toda mi vida, un maestro de natación de niños, jóvenes, adultos y de tercera edad, tan capaz como José Zambrano – Pepito.
Considero que es un baluarte en la enseñanza de la natación en este país y es hoy mi empresa y mis alumnos quienes lo están disfrutando…”